Cómo se preparan y corrigen los exámenes de inglés de Cambridge
¿Te has preguntado alguna vez estas cuestiones sobre los misteriosos exámenes de inglés de Cambridge? Se puede decir que es uno de los secretos mejor guardados de la histórica institución, protegido por unas estrictas medidas de seguridad.
Los títulos que otorga la Universidad de Cambridge son el PET, el KET, el First Certificate, el CAE…Los exámenes que acreditan estos niveles, son almacenados en cajas apiladas y etiquetadas como material confidencial.
Expertos en la enseñanza y la evaluación de la lengua inglesa, son los responsables de la preparación de estas pruebas con tanto prestigio en España, que sirven para acreditar el conocimiento del idioma.
El diseño de cada examen requiere dos años de investigaciones y muchas revisiones. Un proceso que requiere encajar diversas preguntas como un puzle, para conseguir que en aproximadamente cuatro horas, los estudiantes demuestren que saben hablar, escuchar, leer y escribir en inglés al nivel que se requiere para cada título.
Según Marian Dawson, una de las responsables del Cambridge Assessment English, el objetivo de los mismos es lograr una simulación lo más realista posible que permita valorar las destrezas lingüísticas de los candidatos.
Preparación de los exámenes de inglés de Cambridge
Los tests se estructuran en cuatro partes que evalúan las cuatro competencias del idioma: escribir, hablar, escuchar y leer. Por cierto, marchando 10 consejos para superar el speaking de un examen.
El proceso de creación de los exámenes de inglés de Cambridge, empieza con la redacción de las preguntas. Un reto al que se enfrentarán casi 6 millones de alumnos en el mundo.
Una plantilla enorme de expertos en la enseñanza de inglés, y previamente entrenados, son los responsables de esta importante tarea.
Para obtener unas pruebas que se realizan en 130 países y varias veces al año, el verdadero reto es asegurar que las evaluaciones se ajusten todas al mismo modelo estándar. Para conseguir esto, se emplean unas guías muy concretas sobre el tipo de cuestiones y tareas, el estilo, la extensión, las estructuras, las palabras….que evaluarán cada parte.
Revisión de los exámenes
Una vez superada la fase de preparar las preguntas, deben someterse a una extensa ronda de revisiones que dura meses. Ahora mismo, los profesionales de Cambridge está preparando, los exámenes para el 2020, para que te hagas una idea de lo que se tarda en elaborar estas pruebas de nivel.
En esta fase, los tests pasan por una fase previa a la edición y después, se vuelven a editar. El objetivo es conseguir que las preguntas se ajusten a las guías y que son adecuadas para el nivel que se está evaluando.
Durante la ronda de revisión, se suelen redactar también las posibles respuestas de los candidatos. Gracias a la valiosa base de datos de la que disponen( de más de 50 millones de palabras) que recoge las respuestas de alumnos de anteriores evaluaciones, y junto con el poder de un algoritmo, se puede predecir el comportamiento de una pregunta en el examen. Es digno de un episodio de Black Mirror, pero es así. Incluso pueden adelantarse a lo que dirán los examinados en el speaking o writing.
Este punto del proceso de preparación de los exámenes de inglés de Cambridge,sirve para elaborar e ir completando un nutrido corpus lingüístico que sirve para profesores y alumnos. Este material refleja los errores más habituales por país y lengua nativa. Y es muy valioso como herramienta pedagógica.
Aunque esta etapa de revisión es ardua y exhaustiva, las preguntas no se emplean en un examen hasta que han sido probadas por alumnos de verdad. Es lo que se denomina pre-testings. Se trata de simulacros de examen con estudiantes que se están preparando para afrontar estas pruebas. De esta manera, se aseguran que sean apropiados y rindan de la forma esperada..
Así es como queda montado el rompecabezas de los exámenes de inglés de Cambridge. ¿Lo sabías? Ahora solo te queda apuntarte a una buena academia de inglés y perseguir tu meta.
Una prueba que se moldea con el paso del tiempo
Los exámenes de inglés no deben ser ni muy fáciles ni muy difíciles. Este equilibrio es muy complejo de lograr. A lo largo de los años, los materiales se van combinando de forma diversa para formar la prueba.
Los niveles del Marco Común Europeo de Referencia para las lenguas, se emplean para medir las destrezas lingüísticas en lengua inglesa( u otro idioma), funcionando como un paraguas que comprende casos parecidos, pero diferentes entre sí.
Es decir, cada examen se corresponde con un nivel determinado, pero dentro de ese margen no es posible que todas las preguntas o tareas, se sitúen en la parte baja o media. Tampoco es normal incluir cuestiones de gran dificultad para lograr un equilibrio. El objetivo es lograr un examen para que todo el mundo tenga posibilidades de interactuar con él.
Un examen en constante evolución
La primera prueba de Cambridge fue en 1913, y poco tiene que ver con el examen actual. Entonces duró 12 horas, fueron tres candidatos y se pedía un nivel proficiency.
Desde ese momento, todo ha cambiado. Más niveles, tipos de examen, más alumnos, aumento de las tasas y mayor prestigio.
La tecnología ha tenido mucho que ver en la transformación de los exámenes de inglés de Cambridge. Hoy en día, todo el proceso está controlado bajo estrictas medidas de seguridad, en especial en la central de impresión y distribución que la universidad tiene a las afueras de la ciudad. Allí se reciben los nuevos exámenes, se digitalizan y se imprimen cinco semanas antes de la fecha prevista: 35 millones de pruebas son producidas para enviar a todo el mundo.
Se ven carteles de “material confidencial” en el almacén, la zona de impresión, en las cajas que se empaquetan y en todas las paredes. Cada centro examinador, recibe solo las copias exactas teniendo en cuenta la cifra de alumnos registrados.
Una vez se realiza la prueba, se devuelven a la central de Cambridge para ser corregidos. Lo normal es que los 20.000 examinadores corrijan en sus casas( nunca en espacios públicos). Las copias son escaneadas, se envían a los correctores de forma aleatoria y ellos solo evalúan partes, nunca el test entero. De esta manera, pueden detectar errores. Como Cambridge ha calculado las posibles desviaciones de las preguntas, cualquier cambio puede indicar que el responsable que corrige se ha equivocado o que el examinado ha hecho trampas.
El desafío actual al que se enfrentan, es encontrar la mejor fórmula para enriquecer la información que recibe el candidato tras examinarse. La gente paga unas tasas, pasa una prueba y espera recibir algo más que una nota. Desean saber en qué punto están, en qué se han equivocado, y qué pueden hacer para alcanzar el nivel deseado. Este es el reto actual de los exámenes de inglés de Cambridge.
Mientras tanto puede decirse que estos certificados funcionan como un motor que potencia el aprendizaje, y que dosifica el estudio. Todo para que aprender inglés sea llevadero para cualquier estudiante. ¿Quieres conseguir tu acreditación oficial? Cuenta con nosotros.
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